26 dic 2010

No Puedo Decir Adiós

(The Greatest, EUA, 2009)

Estrellas: ***

Director: Shana Feste (Ópera Prima)
Actores: Carey Mulligan, Pierce Brosnan, Susan Sarandon, Aaron Johnson


Sinopsis:

Benett, el hijo consentido de la familia Brewer, sufre un accidente y muere. Al poco tiempo aparece Rose (Mulligan) una joven con la que él empezaba una relación y que ahora espera a su hijo.



Crítica:

Los dramas tienen por principio la característica de que alguien sufre por algo, pero en No Puedo Decir Adiós el sufrimiento es constante por el tema mismo de la historia: la pérdida.
Imaginar el dolor que tiene que enfrentar una familia cuando muere su hijo, contrastado al saber que éste dejó a un bebé en camino, es algo muy difícil de digerir para los personajes.
Grace (Susan Sarandon) es una madre que despierta día a día con un dolor insoportable por la ausencia de Benet, pérdida que aparentemente resulta más difícil para ella que para su esposo Allen (Brosnan), quien intenta aferrarse a lo que le queda fuerza y cordura para mantener unida a la familia.
Un panorama completamente distinto vive Rose (Mulligan), quien ante la repentina pérdida de Benett se ve obligada a acudir a su familia por ayuda, odisea en la que conocerá a su amado a través de los ojos de aquellos lo acompañaron toda su vida. Proceso por demás agridulce pues Allen intenta apoyarla mientras Grace no concibe poder volver a sonreír sin su hijo.
Una película llena de sentimientos que cambian según las circunstancias de cada personaje, pero desafortunadamente el guión traza muchas historias secundarias que no aportan a la trama central, ni terminan de redondear la película.
Buenas actuaciones de las mujeres que, inconscientemente, opacan a los hombres en este filme; sin embargo al final nos quedamos con una sensación de que, o algo faltó o algo sobró, pero no se llega a al punto de sentir que es una película emotiva que de verdad no deje conmovidos.


Veredicto:
Una película sentimental y con buenas actuaciones pero que por el tipo de trama daba para bastantes lágrimas más, y bastantes clichés menos.


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