Celda 211

(Celda 211, España/ Francia, 2009)

Estrellas: ****1/2

Director: Daniel Monzón (El robo más grande jamás contado, El Corazón del Guerrero)
Actores: Luis Tosar, Alberto Ammann

¿Sabias que?

Está basada en el libro de Francisco Pérez Gandul. La película ganó 8 Goyas

Sinopsis:
Juan Oliver queda accidentalmente atrapado en una celda de prisión, ahí, para sobrevivir, se hace pasar por un preso, decisión que le cambiará la vida para siempre.

Crítica:

Tengo una tendencia a que me gusten las películas españolas, no sé si está relacionado a mi amor por Barcelona, a mi fascinación por el pronunciado acento o tal vez a mi gusto por la paella, la fabada y la chistorra. De verdad disfruto mucho lo que hacen nuestros conquistadores, y, al enterarme de que esta película había sido acreedora de 8 Goyas (premio más prestigioso en el país) sí corrí a verla.

Confieso que la vi hace más de dos meses, pero no importa, ahora ya está en cartelera como desde aquél momento estuvo en mi memoria.

Entonces, una película situada en una prisión debe contener escenas interesantes, no sólo por el carácter de los reos sino también porque se suele desmenuzar el sistema que idean los cautivos para subsistir en el lugar.

Los seres humanos tendemos a organizarnos, y por lo general en estructuras piramidales en donde pocos toman las decisiones de muchos. Aquí ocurre así, Malamadre, personaje interpretado con brillantez por Luis Tosar, es un líder que gobierna bajo sus propias reglas con los elementos y las personas que tiene a su alcance. Pero el director, Daniel Monzón, cuida mucho su presencia, pues a pesar de que intuimos su maldad, nunca lo vemos realizar ninguna acción que nos permita reprobarlo o repudiarlo, al contrario, nos cae bien.

Bien como a este líder le cae Juan Oliver (Alberto Ammann) un hombre que desde el inicio se gana su respeto. Poco a poco su relación se vuelve tan cercana que casi podríamos decir que “gobiernan” juntos el lugar.

Pero no debemos olvidar que Juan no está ahí por haber cometido un crimen, sino por haber estado en el lugar menos afortunado a la hora menos indicada. De esta forma aún cuando él no quiere estar ahí los verdaderos administradores del lugar lo utilizan como infiltrado. Y éste papel Juan lo sabe interpretar muy bien, hasta que llega un punto en donde las circunstancias lo obligan a replantear todo su esquema moral.

Esta es una película cumplidora en todo sentido; las actuaciones son extraordinarias, la dirección meticulosa, la fotografía precisa y el guión contundente.

Es una gran crítica al sistema penitenciario pero también a los valores y a la esencia de las personas, que, como aquí queda demostrado, en sólo instantes podrían transformarse para siempre...

Veredicto:
Excelente película. Sobre todo si gustas de los thrillers con ritmo narrativo, ágil e intenso.