Chef a la Carta

(Fuera de carta, España, 2008)

Estrellas: ****

Director: Nacho G. Velilla (Ópera Prima)
Actores: Javier Cámara, Lola Dueñas, Fernando Tejero, Benjamín Vicuña

¿Sabías que?

Javier Cámara, Lola Dueñas y Chus Lampreave son actores que recurrentemente trabajan con Almodóvar.

Sinopsis:

Maxi es un chef gay que sueña con obtener mayor reconocimiento para su restaurante. Cuando muere su ex mujer tiene que hacerse cargo de sus dos hijos, además de lidiar con un nuevo amor.

Crítica:

Desde el trailer se vislumbraba que esta cinta pintaba para ser muy divertida pues reunía varios elementos llamativos: un cocinero gay, un problema amoroso y varias situaciones hilarantes.

La comedia española se suele caracterizar por su agilidad pero con esta película se llega incluso a un siguiente nivel. El timming cómico de Javier Cámara es absolutamente extraordinario (de hecho esta actuación le valió una nominación al Goya) y si a eso le sumamos diálogos inteligentes y personajes secundarios entrañables, se logra entonces una comedia fabulosa.

Pero la historia de Maxi (Cámara) también tiene sus tintes dramáticos, pues después de que no conoce a sus dos hijos ahora se ve obligado a cuidar de ellos. La pequeña, y su enorme curiosidad de entender todo, exasperaría hasta el más paciente y la relación con el hijo adolescente es áspera y difícil. Como me imagino sería para casi cualquier joven con un padre homosexual que lo abandonó de pequeño.

Aunado al drama familiar está Horacio, un futbolista argentino que se convertirá en novio de Maxi, al tiempo que es idolatrado por Alex (Lola Dueñas). Ella y Fernando Tejero (Ramiro) le dan vida a los empleados del restaurante y sin duda otorgan dos de las participaciones más memorables de la cinta.

Todo en conjunto funciona menudamente bajo la dirección del debutante Nacho G. Velilla, quien logra una comedia que no sólo resulta absolutamente graciosa sino que además nos recuerda que cada familia tiene sus problemas. Divertida y con mensaje. Aplausos.

Veredicto:

No te la pierdas. Seguro te ríes, a mí hasta me dolía la panza…